Miguel de Unamuno
Cuando yo era niña estaba convencida de que las montañas eran enormes dinosaurios dormidos. "Algun dia despertaran" yo me decia. Les temia.
Ahora que las montañas me llamaron , vine a ellas con una mezcla de emocion y de aquel miedo escondido en el pasado . Su llamado, sinembargo, era tan solo para recordarme acerca de la pequeñez y la humildad de mi propia existencia.
Helas ahi, con sus cumbres erizadas, sus enormes faldas moldeadas por el viento que arremete tempestivo... todas expuestas a la misma lluvia , a los mismos vientos y sin embargo todas tan distintas. Ninguna , absolutamente ninguna, se asemeja a la otra.
Por aqui perdimos dos horas y las enormes sombras del atardecer invadieron el paisaje.
En Uspalla la noche tendio su manto y tan solo quedaron oscuridad y estrellas: Miles de ellas!